La Nomenclatura De La "Discapacidad"
Hoy voy a escribir
sobre un tema un poco espinoso, se trata de la discapacidad y las diferentes nomenclaturas
que se han dado a lo largo de la historia.
Está claro que todos creemos en la igualdad de derechos y de oportunidades,
pero no deja de ser menos cierto que si nos empeñamos en buscar un nombre
específico (sea lo que sea), es por algo
y porque tiene algo de diferente al
resto. En mi opinión, no hay nada de malo en esto puesto que la sociedad de hoy
en día, o gran parte de ella, tiende a crear una sociedad multicultural dónde
todo el mundo debería tener sitio en cualquier lado.
No es menos cierto, que hay formas de dirigirse a las
personas con diversidad funcional que hacen daño a los oídos pero en el
contexto histórico donde se acuñó era “lo
correcto” dirigirse así a estas personas. Como es el ejemplo de “subnormal”, palabra
que me produce escozor nada más oírla de lejos y que hoy en día todavía se
utiliza sobretodo en adolescentes para meterse unos con otros. Y yo me
pregunto: ¿qué es normal? Esa respuesta no existe porque por mucho que nos
empeñemos la normalidad no existe. ¿Es normal llevar gafas? ¿Es normal ser
rubio, moreno o pelirrojo? Pues sí y no, no todos llevamos gafas o tenemos el
mismo color de pelo, lo que pasa es que la sociedad ya ha interiorizado esas
diferencias. En la diversidad está la riqueza de la sociedad.
A continuación, se introdujo la palabra “invalido”. Palabra totalmente incoherente por donde las leas. Más
que nada porque yo fuera inválido no valdría para nada, ni si quiera para
escribir estas palabras, ni para estudiar, trabajar o hacer deporte. Así como
tampoco existirían los Centros Especiales de Empleo o los Centros
Ocupacionales, entre otras muchas cosas.
Más tarde se empezó a utilizar el término “minusválido”. Analicemos
la palabra, minus significa menos y válido todos sabemos lo que significa, ¿entonces
qué pasa? ¿Yo valgo menos que el resto
de personas? ¿O soy menos válido? Valga la redundancia. Aunque este término se
sigue utilizando en personas de ya de una determinada edad o en cartelería de
algunos establecimientos aún me siguen chirriando los oídos y doliendo la vista
a leerla.
Hace relativamente poco se comenzó a escuchar el término “discapacidad”
y que hoy en día es el más conocido. Sinceramente no me parece ni bien ni mal,
simplemente es una palabra, quizás es porque ya estoy acostumbrado a ella. Pero
sí que es cierto que por lo menos se puede leer “capacidad” dentro de la misma
palabra, es un avance visto lo visto a lo largo de la historia. Yo siempre digo
que tengo una discapacidad pero muchas capacidades.
Para finalizar, hace unos años se ha empezado a utilizar la
nomenclatura de “diversidad funcional”, y la verdad que en cierto modo me gusta
ya que todos, sea o no “discapacitado” funcionamos de manera diferente en
cualquier aspecto de la vida.
Pero de todos modos ya basta de poner etiqueta y ya es hora
de dirigirnos unos a otros por nuestro nombre que al fin y al cabo es lo que
importa, como he dicho al comienzo de este post todos somos diferentes y hacemos
más rica la sociedad de este modo.
¿Cuál será el próximo término? Se admiten sugerencias…
Hola Iván,
ResponderEliminarla verdad es que se ha avanzado algo en el tema de las etiquetas que comentas en tu post, aún así, hay mucha gente que sigue diciendo "minusválid@" y siempre que puedo, intento inculcar de que esa palabra es incorrecta, por ir en silla de ruedas o ser cieg@ o sord@, etc... no sirves para nada!
Suelo decir "discapacitad@" que aún así, no me gusta mucho como suena pero ahora, que he leído tu post, puedo ampliar a "diversidad funcional" que al menos, no suena tan mal como las demás palabras.
Me gusta tu blog e iré leyendo los post que compartas, que son interesantes y la verdad, me van a venir bien ampliar conocimientos ya que estoy estudiando el ciclo superior de integración social.
Gracias por compartir tu forma de ver las cosas!
Un saludo!!