¿Cómo Sería Si No Fuese Una Persona Con Discapacidad?
A todos nos gusta imaginar…. Quien no ha imaginado alguna
vez como sería su vida, o él mismo, si la vida le hubiesen llevado por otros
derroteros? O si sus circunstancias hubiesen sido otras?
Personalmente, a veces pienso como sería yo mismo o mi vida
si no hubiese sido una persona con discapacidad. Seguramente no sería yo, es
decir no pensaría del mismo modo y tendría otra personalidad, probamente (y me
cuesta reconocerlo) sería un bala perdida que en su adolescencia se habría
echado a perder con la denominada “edad del pavo”. Cuando iba al cole siempre
me quería juntar con aquellos que
pasaban de todos y algo se me pegó, de hecho casi repito 2º de ESO por vago,
nunca hacía los deberes y no estudiaba mucho para los exámenes. Afortunadamente
esto cambió cuando pasé al instituto (14 años), comprendí que si no estudiaba
no podría llevar una vida medianamente normalizada como la que llevo ahora.
Si no hubiese sido discapacitado no pensaría como pienso
ahora, ni tampoco hubiera tenido tanto respeto como tengo ahora, incluyendo a
las personas con discapacidad. Una vez un educador del colegio, el cual ha influido
enormemente en como soy hoy por todo lo que hemos vivido y pasado juntos (si lo
lee él sabe quién es), me dijo : “Tú serías el típico niño gilipollas
que se meterían con los que van en silla”,
yo avergonzadamente asentí. Para que veáis que hubiese sido un capullo…
No sé si hubiera estudiado en la universidad por lo que he
comentado más arriba, o quizás sí, no lo sé, pero apostaría que me hubiese
dedicado a la mecánica o algo similar, por eso de que a los 14 – 16 años ya te
interesan las motos, etc. Ni tampoco tendría el mismo grupo de amigos puesto
que hubiera ido a otro colegio (sin aula de educación especial), y mucho menos
conocería a mis amigos de los campamentos ni de deporte adaptado. Tendría otro
tipo de amigos, aunque dudo que mejores.
Sinceramente, no sé cómo sería o como sería mi vida si no hubiese
nacido con parálisis cerebral porque todo son suposiciones y eso nunca se puede
saber. No viviría en la misma casa (eso seguro). O cómo sería mi personalidad o
mis ideales forjados en gran parte en experiencias personales, etc.
Me gustaría la música que escucho ahora? Tendría trabajo o
estaría en paro? Soltero o con novia? De
izquierdas o de derechas? Me gustaría tanto leer como ahora? Cuales serían mis
amigos?
Para bien o para mal nunca lo sabré…
Magnífica reflexión y, por otra parte, pensamientos que casi todos hemos tenido... Son las preguntas que todos/as nos realizamos... Son las primeras preguntas filosóficas...un buen amigo me decía que somos producto de un binomio mayor SUERTE + ACIERTO... la vida comienza en como y dónde naces... Quién te educa.. Tus decisiones... Tú, yo y todos/as.. Somos resultado de distintas variables...Es una conversación larga e interesante.. Te invito a una �� y seguimos... Me encantaría...
ResponderEliminarHace un par de años trabajaba como monitor de castillos hinchables en fiestas infantiles. En la fiesta de fin de curso del colegio Mariano Benlliure vigilé un castillo espectacular de dos plantas, con tobogán y escaleras. Durante la tarde, vinieron dos niños GEMELOS, uno con parálisis cerebral y el otro no. La sensación que me recorrió el cuerpo fue indescriptible. No hacía falta que el niño paralítico se preguntara cómo sería si no tuviera discapacidad; sólo tenía que mirar a su hermano para saberlo. El hermano sin parálisis subió corriendo al castillo, dejando atrás a su hermano con sus padres. Miré a la madre con cara de "¿no va a subir?", y me dijo que sería peligroso para él porque había muchos niños y podrían chafarle o hacerle daño. El niño tenía problemas para andar y para mantenerse estable. Además no hablaba. Le dije a su madre que no se preocupara, que yo me haría cargo de él. Y entré con él al castillo, y le ayudé a subir las escaleras empujándole del culo, y me resbalé y me caí y el niño se cayó conmigo encima de mí y estaba disfrutando como un enano. Cuando al fin conseguimos llegar los dos arriba, tras varios intentos, acercó mi mano a sus labios y me la besó. Supuse que era su forma de darme las gracias. Su hermano, mientras tanto, jugaba despreocupado con el resto de niños. Aparentemente eran iguales (salvo por los rasgos característicos de su parálisis), pero por dentro eran dos niños completamente distintos. Te cuento esto para reafirmar tus suposiciones; si no tuvieses tu discapacidad probablemente serías como el resto de personas. Tendrías una vida más “normalizada”, una perspectiva de la vida más “normalizada”, unos valores más “normalizados”...
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