El Post que Nunca Quise Escribir

 

Nadie está preparado para un último adiós, ni sabe cual será esa última despedida más aun cuando rebosamos juventud por cada poro de la piel. Este es el post que nunca pensé que iba a escribir.

Te fuiste hace casi 10 días por una jugada cruel del destino, una mala decisión que solemos tomar más a menudo de lo que deberíamos y que pagaste tú el precio. Los demás no tenemos otra que quedarnos aquí e intentar seguir viviendo con obligaciones y deberes, a pesar que nos cueste levantarnos cada mañana.

Desde que te conocí, entraste en mi vida como un torbellino, no pudiste elegir momento y sitio mejor que aquel campa de navidad de 2014, justo 24 horas después que hubiera decidido olvidar una historia turbia de mi vida. Tuviste que elegir ese día y ser tú la que me abriera la puerta de aquel albergue solo diciendo “qué guapo!”. Aquel momento, ni ese día, que lo estuvimos casi todo juntos, jamás lo olvidaré. Y cosas del destino, esa noche en aquella habitación en el que dormíais casi 10 personas me acostaron en tu colchón, no dormí en toda la noche de lo nervioso que estaba contigo al lado, jajajajaja.

Después vinieron los skype’s diarios, las charlas eternas por WhatsApp, los findes juntos, conocer poco a poco el mundo del otro, formar un equipo invencible, alguna que otra rallada, compartir aquel campeonato en Hondarribia, festivales y cientos de momentos. Es cierto que todo eso terminó hace muchos años, pero lo rememoro como si fuera hoy mismo.

Ahora solo me quedan esos recuerdos, tenía la vaga esperanza de volverte a ver y volver a compartir un ratito juntos con nuestros amigos en común con los que nos reíamos de cualquier gilipollez. También te recordaré como la persona que me vio sin la etiqueta de “discapacitado” y lanzarte de cabeza, con tan solo 21 años. Tuviste ovarios tía!

Ahora me propuse vivir un montón de experiencias por ti, como a ti te gustaba. Es cierto, que la última vez que hablamos hace 6 meses con una discusión fuerte, pero aquello no va a emborronar tu recuerdo.

Donde estés te querré, julay. Como tú me decías…

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