Las Orillas De La Playa
Recientemente he llegado a la conclusión de que las personas
somos como las orillas de la playa y las olas son como las personas, todas van y
vienen. Unas profundizan más en nuestra vida, con lo cual, nos marcan más
dejando una huella para toda la vida, y por detrimento, existen otras que pasan
ni pena ni gloria por nuestra vida. Por otro
lado, cuando hay marejada, las olas traen algas o basura que enturbian la belleza
de nuestra playa que hace que nos esforcemos en limpiarla para recuperar la
hermosura de nuestra orilla. El sol, en este caso, puede representar nuestra
edad, el amanecer es nuestro nacimiento,
pasando por el mediodía “la flor de la vida”, comúnmente conocida. Y como punto
final, el anochecer, el fin de nuestra vida.
Sí, lo reconozco, unos de mis mayores defectos es tener apego
a determinadas personas y me cuesta decir adiós en determinadas ocasiones.
Otras no, otras ocasiones dejo que la vida, o marejada, fluya y si la vida hace
que se vaya o vuelva la dejo actuar por su cuenta. Esta es una de las mayores
lecciones que aprendí de la vida (y que aún estoy aprendiendo), a aprender a
andar el camino de la vida solo sin depender de nada ni de nadie. Esto último reconozco que aún estoy en proceso de
aprendizaje por la misma razón que comenté al inicio del presente párrafo.
De todas las personas, experiencias o situaciones, tanto
negativas o positivas, debemos extraer conclusiones para poder aplicarlas a
nuestra vida sobre todo para poder crecer como personas y no cometer los mismos
errores una y otra vez, aunque los
expertos en psicología sostienen que las personas solemos repetir determinadas
conductas en situaciones diferentes. Supongo que de ahí viene la famosa frase “tropezar
dos veces con la misma piedra”. En ese aspecto, si uno se lo propone, cada
error propiamente dicho se convertirá un aprendizaje para el futuro.
Una vez dicho todo esto, yo me voy a la orilla del mar a
esperar que suba la marea…
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