¿Quién no ha Juzgado Alguna Vez?

Somos presos de los prejuicios, presos del miedo al diferente, reclusos de prejuicios que están dentro de nuestra mente careciendo de todo fundamento. Quizás inculcados por nuestros mayores, gente cercana o simplemente la sociedad que nos rodea nos conduce a pensar de una manera prejuiciosa según ella lo cree correcto.

Estas “reglas” de aceptación y de comportamientos por entes sociales con influencia en la sociedad, sería como un lobby social, que dicta sus propias reglas morales con seguidores adeptos con poca autocrítica dejándose influenciar e interiorizando “el miedo a lo diferente”, ya sea por sexualidad, raza, discapacidad, tipo de pensamiento, o cualquier adjetivo que se os pueda ocurrir. Todos, absolutamente todos hemos sido presos de estos perjuicios cuando éramos o lo son todavía influenciables por entes externos y personas que hacemos líderes bajo una falsa sensación de sentirnos confortables.

Todos somos influenciables en alguna época de nuestra vida, o en algún aspecto de ésta, sobre todo si tenemos algún ramalazo artístico que nos empuje a crear algo nuevo como el presente texto que estoy tecleando en estos instantes. Por consiguiente, todas las influencias no son malas ni auto destructivas, incluso inspiran para hacer el bien y crear bienestar a otras personas.

En fin, debemos intentar tener un libre pensamiento y poner en cuestión toda la información que percibimos para poder crear nuestra propia opinión sobre cualquier asunto que nos rodea.

Mierda de post.