Las Personas y Sus Caminos.
Las personas van y vienen en tu vida, con el paso de los
años he aprendido y me he dado cuenta que de nada sirve forzar una situación.
Las relaciones surgen sola y también se quiebran de la misma manera, a veces
incluso aunque intentes lo contrario. Se rompen.
No, este post no lo escribo por nadie en particular, pero
por todos en general. Simplemente me apetecía escribir sobre ello y compartirlo
con quien lo quiera leer. Escribir sobre la impotencia o la dejadez que nos
genera algunas personas, sobre la gran cuestión de que si las personas no
cambian nunca ¿por qué, en ocasiones, nos volvemos completamente desconocidos
entre unos y otros?
Tal y como escribí en este post hace cerca de cuatro años (pincha aquí), todos
somos como orillas del mar y las personas que pasan por nuestra vida son las
olas. Unas se introducen más derribando barreras y castillos, en cambio otras
ni si quiera se acercan. Pero todas, o casi todas, acaban desapareciendo pudiendo
dejar o no huella.
El camino de la vida solo tiene dirección de ida, es unidireccional,
sin posibilidad de vuelta. Seguro que como yo, muchos alguna vez habéis deseando
de tener el comando “Crtl+Z” (deshacer) en la vida para algo que queréis borrar
o hacer de otra manera. La putada es que esa opción no existe en la vida, y la
confianza, al igual que la reputación, es muy difícil recuperarla.
Nuestros caminos se unen y se bifurcan de otros continuamente.
Jamás hay que pensar que algo o alguien va a durar para siempre, porque
seguramente no sea así. Solo tiene que fluir todo.
Nunca os confiéis, aquellos que hoy pueden ser personas íntimas
para vosotros, mañana pueden convertirse en un completo desconocido y
viceversa. Aunque en este último caso, es un motivo de alegría.
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